La ciudad iluminada. Valencia en los textos de Max Aub

Resumen

La ciudad de Valencia aparece una y otra vez en la obra de Max Aub. A veces, en fechas cercanas a la infancia del autor, los finales de la década de los años diez. Otras —la mayoría—, en los años de la Guerra Civil, en las novelas del ciclo El laberinto mágico, especialmente en Campo abierto y Campo de los almendros. En este artículo vamos a analizar la textura de esta representación, cómo es la Valencia representada, cuáles son los rasgos que Aub destaca, en qué barrios se mueven sus personajes, es decir, cómo Max Aub desde el exilio vuelve a levantar el plano de la ciudad recordada con sorprendente precisión, vinculándolo a olores, sonidos, sensaciones y nombres propios, de lugar y de persona. Comprobaremos también cómo escribe el contraste entre esta ciudad y la Valencia real que visita en 1969 y que describe en su «diario español», La gallina ciega. La escritura del impacto nos va a permitir comprobar el significado que la ciudad imaginaria tiene en su obra. Valencia, la ciudad iluminada, atravesada por el olor de las magnolias y del azahar, en la que el autor estudió el bachillerato, es el escenario del paraíso perdido de la infancia, y también del proyecto colectivo. El plano de la ciudad perdida es donde la Segunda República española se hizo realidad, donde la comunidad imaginaria se actualizó vinculada a la memoria sentimental y familiar. Fue allí donde el proyecto colectivo se hizo vivencia y emoción y así aparece representada en sus ficciones desde el exilio.